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Los juegos pirotécnicos provocan daños en perros y gatos

Pese a prohibiciones que emiten los gobiernos municipales, en la fiesta de San Juan, día en que que se acostumbra lanzar juegos pirotécnicos, además del encendido de fogatas, las consecuencias no sólo son para las personas, sino también para las mascotas.

«Tienden a asustarse más de la cuenta por los estruendos que provocan los fuegos artificiales, las famosas matasuegras, rasca pique, entre otros, provocandoles trastornos severos», explica Fabio Choque, médico veterinario y zootecnista.

Para todos es bien sabido que la pirotecnia es peligrosa. Lo que no se sabe es que un “mortero” (tubo con un proyectil) puede alcanzar los 145 dB (decibeles) y un “matasuegra” los 190 dB, cuando lo máximo que puede soportar físicamente el oído humano son los 75 decibeles y el máximo admitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 65dB.

Y es que, además de las conocidas mutilaciones (pérdida de manos o de uno o varios dedos), daños genitales, (artefactos que se llevan en los bolsillos y comienzan su combustión aun sin ser encendidos) el deterioro estético y funcional que pueden ocasionar las quemaduras y la pérdida parcial o completa de la visión (las lesiones van desde el estallido del globo ocular hasta las heridas causadas por partículas), la pirotecnia también puede dañar con distinto grado de severidad el aparato auditivo.

Ahora bien, si el ser humano se ve afectado por el exceso de ruido, ¿Qué pasa con nuestro amigo el perro, por ejemplo? El oído es el segundo sentido más desarrollado del perro. Posee unos pabellones auditivos muy grandes y una gran capacidad de orientación para buscar el origen del sonido. Gracias a esto obtienen una percepción muy elevada de los sonidos, siendo capaces de distinguir incluso sonidos muy leves y lejanos con facilidad. El oído del perro es más sensible a sonidos de alta frecuencia, pudiendo percibir sonidos de hasta 60.000 Hertzios frente a los 20.000 Hz que podemos nosotros. Por ejemplo, un ser humano puede percibir un sonido cuya fuente de origen se encuentre a 6 m, en cambio, el perro puede oír un sonido cuya fuente de emisión esté a 25 m., explica Choque.

En suma,  los perros y gatos pueden sufrir  trastornos en su personalidad, el efecto más común de protección, hace que una mascota corra en busca de refugio en lugares inapropiados, como rejas y ventanas, llegando a lastimarse en muchos casos, subraya Choque.

Fobia a fuegos artificiales en mascotas

Po lo general, los perros y gatos expresan una fobia a los ruidos estrepitosos, como la explosión de los fuegos artificiales, tubos de escape o balazos.

Los efectos que produce esta fobia sobre el animal pueden ser dilatación pupilar, hipervigilancia, agresividad por miedo, taquipnea, taquicardia, inapetencia, vómitos y/o diarrea, temblores, actividad repetitiva, salivación, defecación, micción, vocalizaciones, destrucción de cosas, ocultamiento, escapes e incluso pérdida de peso o de pelo, explica el médico.

¿Cómo enfrentar esta fobia?

Según Choque, el manejo consiste en sacar a la mascota del lugar, aislarla con una música fuerte con percusión en un lugar donde no se pueda hacer daño.

Choque recomienda, nunca dejar sola a la mascota, si sabemos que padece de esta fobia y la misma se acentúa en épocas, donde se acostumbra el juego con artefactos pirotécnicos, como San Juan.

“Se debe trabajar en lograr que el animal se relaje ante una orden simple y que tenga un lugar de relajación. También se puede tener una grabación de fuegos artificiales e ir poniéndosela por 3 a 5 minutos a bajo volumen para que se vaya acostumbrando. Esto se denomina desensibilización y contracondicionamiento”, explica el médico.

“Está contraindicado castigar a un animal ansioso, ya que esto lo trauma aún más. También reconfortarlo, ya que asocia que, efectivamente, lo que está pasando es malo”, refiere.

Para el médico los más recomendable es estar conscientes de que el método de la grabación puede no ser del todo efectivo y que, de serlo, tendrá lugar por varias semanas o meses. Po lo tanto, se debe supervisar a la mascota por este período largo.

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